La toxina botulínica tipo A (Botox, Dysport, Siax), es producto de una bacteria Clostridium botulinum.  Su uso inició cerca de 1979 para el tratamiento del blefaroespasmo o espasmo del músculo orbicular de los ojos.  Al tiempo de ser tratados, los médicos notaron que sus pacientes se veían rejuvenecidos, sin arrugas.  Alrededor de 1989 se empieza a utilizar con fines estéticos.

Esta toxina produce una inhibición de la unión neuromuscular, en otras palabras relaja los músculos, minimizando la apariencia de arrugas.  Se pueden tratar sitios específicos como contorno de ojos o pata de gallo, frente, entrecejo, labios del fumador o código de barras, líneas de marioneta, el mentón, el cuello, el contorno de la mandíbula, entre otros.  Hay además, otros usos para esta toxina a nivel de hiperhidrosis o sudoración excesiva, migrañas, y distonia de cuello; así como para tratar pacientes con parálisis espástica.

Este es un producto con efecto temporal.  En promedio su efecto dura 6 meses.  No puede utilizarse en pacientes que hayan presentado hipersensibilidad al mismo, estén embarazadas o en período de lactancia.  Es importante no acostarse ni agacharse por 4 horas posteriores a la aplicación.  Igual, para asegurarse los mejores resultados no haga ejercicio, ni se exponga a altas temperaturas por 3 días posterior a su inyección.

Su uso desde mediana edad evita la formación de líneas de expresión dinámicas y retrasa la necesidad de buscar otros tratamientos complementarios.  Lo más importante en este tipo de tratamiento es acudir donde un médico con el conocimiento y experiencia adecuados; que además tenga las características personales requeridas para centrarse en las necesidades y deseos del paciente.

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