La microdermabrasión o peeling mecánico es lo que busca. Este peeling logra atenuar irregularidades de la piel, la rejuvenece y la repara dejándola más suave, limpia y elástica. Este procedimiento, utiliza elementos abrasivos como lijas mojadas en solución fisiológica, microcristales de aluminio y puntas de diamante de diferente granulometría. Cada sesión dura 30 minutos y no requiere anestesia. La misma se realiza en las capas externas de la piel de la cara, manos, brazos, piernas, muslos y espalda. La microdermabrasión también favorece la regeneración celular incrementando la producción de colágeno, una proteína que da suavidad y tersura a la piel.
¿Cuándo es mejor utilizarla?
La microdermabrasión se usa en caso de manchas producidas por el sol o la edad, cicatrices, arrugas, secuelas de acné, textura irregular o estrías. También logra atenuar líneas o arrugas finas de expresión, poros dilatados, piel deshidratada o piel engrosada.
¿Cómo se hace?
Al utilizar elementos abrasivos y frotarlos a la piel, se elimina la capa más superficial de la epidermis en forma gradual y de este modo se retiran las células muertas o estrato corneo. Cabe destacar que se manejan diferentes intensidades de desgaste según el objetivo terapéutico buscado.
Luego del tratamiento se debe lavar la zona y aplicar crema humectante y cicatrizante todos los días, ya que puede haber un leve enrojecimiento que es temporal. Es necesario controlar la exposición al sol durante tres semanas y luego utilizar protector durante los primeros meses.
Estos son algunos de los alcances de la microdermabrasión:
– Ayuda a disminuir las líneas y arrugas finas.
– Reduce la hiperpigmentación y la minimiza los poros.
– Reduce los rastros de los daños superficiales en la piel producidos por el envejecimiento y los rayos ultravioleta.
– Aumenta la circulación para lograr una piel más sana, sin interrumpir las actividades diarias.